Esta sí que es Argentina

Con motivo de mi inmensa alegría por haber finalizado el curso de "Periodismo de Rock", acá les va un homenaje a nuestro rock, rock argento, carajo!

-Yo te veré a 1.000.000 de años luz de casa- me había dicho.
-Te encontraré una mañana dentro de mi habitación –le respondí- y prepararás la cama para dos.

Mañana campestre del verano del ´92. Estaba dispuesto a recuperar a mi muchacha ojos de papel.
Hace frío y estoy lejos de casa –pensaba-: estoy muy sólo y triste acá, en este mundo abandonado. Hay una grieta en mi corazón.
-“Confórmate”- me decía un tigre viejo.
Pero yo no soy de los que se rinden.
-¿Quién dijo que todo está perdido? –lo desafié-. Yo no quiero esta pena en mi corazón. Sólo le pido a Dios que el futuro no me sea indiferente. El tigre envejecía.
-Ahí va el Capitán Beto- me dijo y se marchó.
-Esta tipa vino a consolarte- le advertí.
Pero no me escuchó. Ella se acercaba.
-Hola, soy Luís. Amante de profesión –me presenté- por favor: dale alegría a mi corazón.
-Qué casualidad –me contestó la chica- yo vengo a ofrecer mi corazón. Y me fui al cine a ver una de terror.
“Ella me calienta –pensé- la quiero invitar a dormir”.
-Ya se hace de noche –me dijo más bella que nunca- me tengo que ir.
-Vamos a punguearle a esta vida amarreta un ramo de sueños- susurré seductor.
Matador. Matador. Qué frase. Estoy parado sobre la muralla que divide todo lo que fue de lo que será.
Junto nos fuimos a pernoctar.
Lo recuerdo como si fuera ayer.
-Tirá, tirá para arriba, tirá- le gritaba desaforado- que se viene el estallido. Todo tiene un
final, todo termina. La belleza de su pierna escapándole a la sábana.
-¿A dónde vas?- le dije- Quédate hasta el alba. Estoy contento de verdad. De aquel amor, nada nos libra, nada más queda.