El golpe bajo
Un hombre se encuentra postrado en una mecedora desde hace dos años. Nada menos que 730 días. 17250 horas. La depresión lo ha hecho bajar de peso de manera incontrolable y las patas curvadas de la que ha sido su silla, cama y retrete durante todo ese tiempo están gastadas de
tanto balancearse, una y otra y otra y otra vez. Su mujer, que desde hace mucho se debate entre dejar o seguir aguantando esa situación decide, a pesar de su incredulidad, seguir el consejo de una vendedora de ropa que había pasado por una situación similar con su hermano y llamar a una psicóloga. Ella sabía perfectamente que su esposo deseaba estar bajo tierra, sin embargo hace
una última apuesta y disca el número correspondiente. La señora, sorprendentemente gorda, se presenta en el domicilio a la mañana siguiente. Con paso firme, camina hacia la mecedora donde aun descansaban los huesos del pobre cristiano y le pregunta: “¿Cómo está?”. El hombre, por pura costumbre responde “Bien”. Luego de este burdo cruce de palabras, la profesional decide atacar: “¿Así que usted se quiere morir?”, dispara. Su interlocutor la mira pensativo y responde
“Pues, ¿la verdad? Sí, no veo
motivos por los cuales vivir”. “Muy bien, se lo voy a hacer muy fácil, para que ya no sufra más, y para que también termine el padecimiento de su esposa y de sus hijos. En mi cartera tengo un revólver, si tiene la valentía, yo se lo doy y se vuela la cabeza
aquí y ahora. ¿Para que esperar tanto a que le llegue la muerte, si puede provocársela usted en este mismo instante?”. El hombre la miró, su rostro se descompuso y los ojos se le inundaron. A los pocos segundos se levantó de la mecedora.
1 Comments:
me gustó!!! gracias por volver!
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